Bernat Soria nos presenta un informe sobre el sistema
nacional de salud fuera del protocolo típico de este tipo de estudios, donde
pone de manifiesto las opiniones de todos los sectores dentro de la sanidad y
con las que pretende hacer llegar a la población su punto de vista.
Pero su objetivo no sólo se basa en exponer una visión general acerca de nuestro sistema sanitario, sino aportar recomendaciones sobre cómo podría favorecer la industria farmacéutica a la calidad de ésta si se le otorgara mayor importancia.
Como muchos desconocemos, el sistema nacional de salud
cuenta con más ventajas de las que creemos y que hasta ahora nadie nos las
había aclarado con tanta objetividad. El autor nos habla sobre la función no
sólo asistencial de éste, sino también como parte de la infraestructura del
estado que garantiza la salud y el aumento de la productividad. De esta forma,
nos convertimos en uno de los países más eficientes y con un gasto público
reducido. Además, en diferentes encuestas realizadas sobre el grado de
satisfacción tanto del sistema de sanidad como de la atención de los
profesionales, los resultados han sido muy positivos.
Por esto, ¿cómo es posible que la sanidad no vaya sobre
ruedas y cada vez surjan más problemas?
Basándonos en el texto, se podría resumir en un punto: “Apalancamiento del sistema”. Esto es, una falta de cambios y renovación de las bases establecidas, no sólo económicamente como todos tendemos a pensar, sino también en la política de recursos humanos y eficiencia en la gestión. Bernat nos hace ver la necesidad de ello a través de una serie de propuestas para enfocar desde otra perspectiva este sistema.
Por un lado, propone cambios intrínsecos:
- Reorganización de recursos para reforzar la medicina preventiva
- Eficiencia en la gestión de procesos sanitarios
- Incorporación de la calidad e innovación en el sistema.
- Mayor participación de los pacientes como agentes activos de la salud: consultores, colaboradores y evaluadores
- Mayor información, concienciación y formación a los ciudadanos
- Cambio de la variabilidad de la sanidad en las diferentes comunidades autónomas
Pero por otro, nos muestra el lado bueno de la industria
farmacéutica como colaboradora directa en el sistema sanitario. Esta empresa,
dice Bernat, aporta una serie de beneficios muy positivos en materia de salud:
- Ofrece el medicamento: da mayor esperanza y calidad de vida, que a su vez aumenta la productividad y disminuye el absentismo laboral.
- Sector industrial con alta productividad
- Competitiva en los mercados internacionales: mucha exportación
- Fuente de empleo cualificado: empleados graduados
- Líder en I+D y biotecnología.
- Efectos positivos sobre otros sectores: genera empleo y puestos de trabajo
Sin embargo, al igual que con el sistema sanitario, hay
algunas barreras que impiden que sea lo más óptimo y beneficioso posible.
Lo más destacado y en lo que tanto ciudadanos como
profesionales sanitarios coinciden, es la falta de transparencia sobre las
actividades desarrolladas y distribución de recursos. Todos ellos exigen que
esto sea modificado, sin embargo, es un proceso que no solo depende de las farmacéuticas,
sino de la estricta legislación que regula la comunicación con los ciudadanos y
profesionales de salud y que a día de hoy está dificultando esa relación.
Otro aspecto a destacar es el bajo coste de los medicamentos
(23% inferior a la media), de manera que Bernat propone que se promueva su uso
racional y no el recorte de ellos.
Por último, con respecto a la investigación, es una
actividad muy importante desarrollada por la industria farmacéutica, pero de la
que se dispone muy poco presupuesto por el bajo esfuerzo de la administración
para su promoción. Esto hace que tanto los genéricos como los de marca, tengan
que bajar no sólo el precio de sus medicamentos, sino también la cantidad.
En el último apartado del texto, podemos ver una serie de sugerencias en la que Bernat muestra cuatro áreas donde la industria farmacéutica puede actuar como motor de cambio. Si clican en la imagen superior pueden verlas resumidas
Ya hemos visto que para lograr un cambio real en el sistema
sanitario, no sólo basta con hacer algunas modificaciones por parte de los
políticos, sino como bien dice nuestro autor, lograr una alianza entre agentes y
una concienciación de los ciudadanos sobre el uso de los recursos. Es cierto y
evidente que hay escasa información y formación de los ciudadanos, pero es algo
que necesita de la motivación y el deseo para que sea efectivo.
Es muy interesante lo que nos ha presentado Bernat sobre las
farmacéuticas, sin embargo, considero que no es tan sencillo como lo
contemplamos en el texto. En primer lugar, porque antes de todo ese
procedimiento, sería conveniente asentar las bases del sistema sanitario desde
dentro, sin intervenciones externas que compliquen más la situación.
En segundo lugar, aunque las industrias farmacéuticas puedan
aportar ventajas a la sanidad, no creo que sea un negocio del todo transparente
y justo. Son muchas las afirmaciones no tan claras que se dan sobre ellas, pero
también son muchas las evidencias que muestran el interés económico por el que
se mueven y la forma de aprovecharse de la crisis económica para mirar por sus
intereses sin velar por la salud del ciudadano
Así que para que las farmacéuticas pudieran ayudar
verdaderamente al sistema sanitario español, tendrían que plantear un cambio en
su sistema con unos objetivos principales dirigidos al ciudadano.
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