miércoles, 19 de marzo de 2014

Informe de Bernat Soria

Bernat Soria nos presenta un informe sobre el sistema nacional de salud fuera del protocolo típico de este tipo de estudios, donde pone de manifiesto las opiniones de todos los sectores dentro de la sanidad y con las que pretende hacer llegar a la población su punto de vista.

Pero su objetivo no sólo se basa en exponer una visión general acerca de nuestro sistema sanitario, sino aportar recomendaciones sobre cómo podría favorecer la industria farmacéutica a la calidad de ésta si se le otorgara mayor importancia.

Como muchos desconocemos, el sistema nacional de salud cuenta con más ventajas de las que creemos y que hasta ahora nadie nos las había aclarado con tanta objetividad. El autor nos habla sobre la función no sólo asistencial de éste, sino también como parte de la infraestructura del estado que garantiza la salud y el aumento de la productividad. De esta forma, nos convertimos en uno de los países más eficientes y con un gasto público reducido. Además, en diferentes encuestas realizadas sobre el grado de satisfacción tanto del sistema de sanidad como de la atención de los profesionales, los resultados han sido muy positivos.
Por esto, ¿cómo es posible que la sanidad no vaya sobre ruedas y cada vez surjan más problemas? 

Basándonos en el texto, se podría resumir en un punto: “Apalancamiento del sistema”.  Esto es, una falta de cambios y renovación de las bases establecidas, no sólo económicamente como todos tendemos a pensar, sino también en la política de recursos humanos y eficiencia en la gestión. Bernat nos hace ver la necesidad de ello a través de una serie de propuestas para enfocar desde otra perspectiva este sistema.

Por un lado, propone cambios intrínsecos:

  •           Reorganización de recursos para reforzar la medicina preventiva
  •           Eficiencia en la gestión de procesos sanitarios
  •           Incorporación de la calidad e innovación en el sistema.
  •           Mayor participación de los pacientes como agentes activos de la salud: consultores, colaboradores y evaluadores
  •           Mayor información, concienciación y formación a los ciudadanos
  •           Cambio de la variabilidad de la sanidad en las diferentes comunidades autónomas

Pero por otro, nos muestra el lado bueno de la industria farmacéutica como colaboradora directa en el sistema sanitario. Esta empresa, dice Bernat, aporta una serie de beneficios muy positivos en materia de salud:
  •           Ofrece el medicamento: da mayor esperanza y calidad de vida, que a su vez aumenta la productividad y disminuye el absentismo laboral.
  •           Sector industrial con alta productividad
  •           Competitiva en los mercados internacionales: mucha exportación
  •           Fuente de empleo cualificado: empleados graduados
  •           Líder en I+D y biotecnología.
  •           Efectos positivos sobre otros sectores: genera empleo y puestos de trabajo

  
Sin embargo, al igual que con el sistema sanitario, hay algunas barreras que impiden que sea lo más óptimo y beneficioso posible.

Lo más destacado y en lo que tanto ciudadanos como profesionales sanitarios coinciden, es la falta de transparencia sobre las actividades desarrolladas y distribución de recursos. Todos ellos exigen que esto sea modificado, sin embargo, es un proceso que no solo depende de las farmacéuticas, sino de la estricta legislación que regula la comunicación con los ciudadanos y profesionales de salud y que a día de hoy está dificultando esa relación.

Otro aspecto a destacar es el bajo coste de los medicamentos (23% inferior a la media), de manera que Bernat propone que se promueva su uso racional y no el recorte de ellos.
Por último, con respecto a la investigación, es una actividad muy importante desarrollada por la industria farmacéutica, pero de la que se dispone muy poco presupuesto por el bajo esfuerzo de la administración para su promoción. Esto hace que tanto los genéricos como los de marca, tengan que bajar no sólo el precio de sus medicamentos, sino también la cantidad.


Como conclusión sobre las propuestas de modificación de las farmacéuticas, se pueden sacar en clave dos aspectos, que es la mejora de la relación y niveles de comunicación entre la industria farmacéutica, administración y profesionales sanitarios, y el compartir los riesgos de los medicamentos entre el gobierno, administración y laboratorios farmacéuticos.


En el último apartado del texto, podemos ver una serie de sugerencias en la que Bernat muestra cuatro áreas donde la industria farmacéutica puede actuar como motor de cambio. Si clican en la imagen superior pueden verlas resumidas

Ya hemos visto que para lograr un cambio real en el sistema sanitario, no sólo basta con hacer algunas modificaciones por parte de los políticos, sino como bien dice nuestro autor, lograr una alianza entre agentes y una concienciación de los ciudadanos sobre el uso de los recursos. Es cierto y evidente que hay escasa información y formación de los ciudadanos, pero es algo que necesita de la motivación y el deseo para que sea efectivo.

Es muy interesante lo que nos ha presentado Bernat sobre las farmacéuticas, sin embargo, considero que no es tan sencillo como lo contemplamos en el texto. En primer lugar, porque antes de todo ese procedimiento, sería conveniente asentar las bases del sistema sanitario desde dentro, sin intervenciones externas que compliquen más la situación.


En segundo lugar, aunque las industrias farmacéuticas puedan aportar ventajas a la sanidad, no creo que sea un negocio del todo transparente y justo. Son muchas las afirmaciones no tan claras que se dan sobre ellas, pero también son muchas las evidencias que muestran el interés económico por el que se mueven y la forma de aprovecharse de la crisis económica para mirar por sus intereses sin velar por la salud del ciudadano

Así que para que las farmacéuticas pudieran ayudar verdaderamente al sistema sanitario español, tendrían que plantear un cambio en su sistema con unos objetivos principales dirigidos al ciudadano.

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