¡Hola de nuevo! Este curso se va acabando y con ello va
llegando la recta final de la asignatura. Sé que me vais a echar de menos, pero
de momento no os pongáis tristes, porque aún faltan cosillas por hacer.
Hoy,
voy a contaros cómo se han desarrollado los objetivos que me propuse acerca de
mis hábitos alimentarios.
Haciendo una recapitulación, como recordaréis, las
propuestas marcadas fueron:
-
Beber más agua
-
Tomar pan integral
-
Desayunar
-
Intentar comer menos dulces.
Empezando por lo malo, es decir, las dificultades y los
abandonos, cabe destacar que a pesar del esfuerzo que me ha supuesto comer
menos bollería, he conseguido disminuir el número de dulces consumidos por día.
Como mi intención tampoco era dejarlos por completo, me siento orgullosa de ello.
Pasando a lo bueno, empezaré por el desayuno que, aunque haya cumplido la mayoría de los días, en alguno de ellos por prisas o desgana, me lo he saltado. En cualquier caso, al cambiar este hábito, he notado más energía y vitalidad durante la mañana.
Por último, de los dos retos que faltan: tomar pan integral
y beber mayor cantidad de agua, debo decir que estoy muy satisfecha, sobre
todo del consumo de agua, ya que había olvidado lo importante que es estar bien
hidratada, no sólo por la saciedad que te aporte, sino para evitar muchas
enfermedades que no asociamos con ello.
Bueno, pues hasta aquí la entrada de hábitos alimentarios,
que ya sabéis que me encanta. Tanto es, que voy a dedicar la próxima
publicación a contaros por encima una conferencia muy interesante del poder de
la alimentación en el cáncer. Es algo libre, fuera de las tareas de la
asignatura, pero merece la pena escucharlo. Espero que la veáis. Y no olvidéis... ¡¡¡A consumir dieta mediterránea!!! que cada vez estamos tirando más por tierra los buenos alimentos que tenemos a mano! Besitos. J
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